Charris
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FUTURAMAS en Murcia

02.10.2023

FUTURAMA
CHARRIS
 
Sala Verónicas
C/ Verónicas, 4
30004 Murcia
 
Del 6 de octubre de 2023 al 7 de enero de 2024
Inauguración: 6 de octubre a las 20 h.
 
“No se puede pintar el futuro” admitía el pintor Ángel Mateo Charris (Cartagena, 1962) en la presentación de una conferencia reciente en el Auditorio del Museo del Prado. Lo cual no ha sido obstáculo para que él mismo se incorpore a la larga lista de pintores que lo han intentado a lo largo de la historia, ya sea que interpretaran textos o visiones proféticas, propias o de otros, premoniciones, oráculos y demás desafíos a la lógica y al sentido del tiempo.
Estas visiones son las que forman parte de su exposición “Futurama” en la Sala Verónicas de Murcia desde el 6 de octubre al 7 de enero de 2023. Compuesta por 77 obras entre piezas de gran formato (16), medianas (20), una torre de 18 elementos sobre cartón y una mesa con otros elementos (23) de pequeño formato. La muestra se ha concebido con un montaje en el que predomina una lectura muy próxima entre la pintura y el espectador, con obras que en una especia de ejercicio de earthing o grounding, toman tierra y conforman un caleidoscopio de intuiciones y posibilidades-
 
Las visiones sobre el futuro de Charris forman una lectura de imágenes pintadas casi aleatorias, un tarot de imprecisa interpretación en óleo sobre lienzo, cartón o papel, más cercanas a una colección de dudas que a certezas, sabedor de que no hay un único futuro sino infinitos, tantos como presentes se viven simultáneamente en un universo continuamente cuestionado por la lógica y en el que la ciencia abre portales a nuevas interpretaciones y extraños juegos espacio-temporales.
 
Entre arqueología del futuro –que diría Fredric Jameson– y mapa de sueños, miedos, esperanzas y ansiedades contemporáneas, “Futurama” ofrece una reflexión, guiada por el azar a modo de ruleta rusa cargada de presagios, pero siempre con el tono vital y luminoso del artista cartagenero, y una visión del tiempo y la época que vivimos todos los seres vivos como viajeros de esta nave espacial llamada Tierra.
 
“Futurama”, más allá de la conocida serie de animación de Matt Groening, alude a los pabellones del mismo nombre que formaban parte en las exposiciones universales de los años 1939 y 1964, y que pretendían ser un reflejo de los treinta años siguientes. Un mundo optimista de invenciones y progreso constante, coches voladores y viajes interestelares, un sueño de boomers al que la realidad se encargaría de poner en su sitio con la constancia de los aguafiestas. Por extensión llamamos futuramas a estas colecciones de cromos de un futuro del que no dejamos de hablar y que se nos hace cada vez más pequeño, con un constante ruido de fondo entre las discusiones de colapsistas y negacionistas, de sensatos y necios, de conservacionistas y de los del “todo por la pasta”. Todas estas noticias, sonidos y rumores son los que se han ido aposentando en esta muestra en un modo de expresión tan antiguo como nuestra civilización, la pintura figurativa, que lucha por seguir siendo, mañana y siempre, hogar de las ideas y las emociones, refugio de las vibraciones del color y la materia; algo con lo que interrogarse y a lo que enfrentarse y que escapa a la disección de las palabras.
 
Pintada en plena transición entre etapas, los cuadros que forman esta exposición combinan formas de hacer y de pintar que Charris ha empleado a lo largo de su carrera, en una especie de confusión de fechas y líneas temporales, de las tramas y recursos gráficos más recientes a los collages pintados tan característicos de otras fases de su producción. 
 
Con motivo de la exposición se ha editado un catálogo con textos de Mery Cuesta y José Óscar López, diseñado por Rodrigo Fonseca y fotos de José Filemón.
 
FUTURAMA LAMA DING DONG
CHARRIS
 
Galería La Aurora
Plaza de la Aurora, 7
30001 Murcia
 
Inauguración: 6 de octubre a las 22 h.
 
A los habitantes del futuro les diré que llegué de un mundo raro, aunque probablemente a ellos  no se lo parezca, dado que la rareza progresa adecuadamente y siempre sorprende su capacidad de superación. Que nuestro futuro comenzó a hacerse pequeño en nuestras cabezas –el increíble futuro menguante– a medida que nuestra estupidez como especie fue tomando proporciones alarmantes, cuando nuestro ejército de consumidores fue acercándose lentamente al borde del precipicio, cuando la cosa no dio para más.
 
Pero les contaré también que hasta el final fue hermoso, que entre los fuegos artificiales había maravillas y que siempre quedaba la esperanza de que el corazón sonara más fuerte que el bolsillo, que la resistencia ganara y los incendios se extinguiesen.
 
Les diré también que en ese mundo raro me dedicaba a pintar, a convocar imágenes y visiones, a echar los dados con acrílico y óleo sobre manteles de lienzo, a equivocarme constantemente entre manchas, colores, grafismos y texturas. Y que eso, por simple que les parezca, me parecía fascinante y tenía la enorme virtud de no servir para nada. 
 
También  que una temporada intenté imaginar como sería su mundo y creé futuramas de posibilidades, premoniciones, profecías, ansiedades, miedos, esperanzas, pero supongo que sólo conseguí plantear un mapa de ese territorio que se llamaba 2023 en una salita lateral de mi cerebro. Que pinté tantas obras que necesité hasta dos exposiciones, porque parecía que con cada pincelada el futuro menguaba un poco menos y la lógica del azar se reorganizaba un poco más armónicamente dentro de su caos, pensamiento mágico, supongo, pero que a mí me sirvió para seguir el consejo de la Sonora Matancera y darle un poquitico de cariño a mi alma desolada, azúcar.
 
Charris.