Charris
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Charris: «Siento nostalgia por ese futuro que nunca llegó, optimista y juguetón»

06.10.2023

Male, 2023. Oil on canvas. 200 x 200 cm.

Male, 2023. Oil on canvas. 200 x 200 cm.

The Stoics, 2023. Oil on canvas. 200 x 150 cm.

The Stoics, 2023. Oil on canvas. 200 x 150 cm.

Male, 2023. Oil on canvas. 200 x 200 cm.
The Stoics, 2023. Oil on canvas. 200 x 150 cm.

Inaugura 'Futurama' este viernes en Verónicas, una especie de «tour por la aldea global, un paseíllo planetario y más allá»

Observen el cuadro titulado 'Masculino', puro Charris: atravesando un pasaje nevado, nada menos que una cuadrilla de militares lleva a cuestas el popular juguete Mr. Potato. Ángel Mateo Charris, puro Charris nacido en Cartagena en 1962, dice: «Ojalá que al espectador que visite Verónicas, mi exposición le haga pensar distinto durante un momento, en el sentido que sea, o que se le agriete un poco el caparazón, por pedir que no sea». La exposición a la que se refiere es 'Futurama', que este viernes –a las 20.00 horas– será inaugurada por la consejera de Cultura recién aterrizada, Carmen Conesa, ¡bienvenida a Charrilandia! Puro Charris: «A los habitantes del futuro les diré que llegué de un mundo raro, aunque probablemente a ellos no se lo parezca, dado que la rareza progresa adecuadamente y siempre sorprende su capacidad de superación».

Ey, ¡Charris!, ¿y nuestro futuro qué? «Comenzó a hacerse pequeño en nuestras cabezas –el increíble futuro menguante– a medida que nuestra estupidez como especie fue tomando proporciones alarmantes, cuando nuestro ejército de consumidores fue acercándose lentamente al borde del precipicio, cuando la cosa no dio para más».

Vaya, no es para tirar cohetes, ¡eh! «Ya, pero les contaré también que hasta el final fue hermoso, que entre los fuegos artificiales había maravillas y que siempre quedaba la esperanza de que el corazón sonara más fuerte que el bolsillo, que la resistencia ganara y los incendios se extinguiesen». Uuuuummmm, vale, no todo está perdido: «También les diré que en ese mundo raro me dedicaba a pintar, a convocar imágenes y visiones, a echar los dados con acrílico y óleo sobre manteles de lienzo, a equivocarme constantemente entre manchas, colores, grafismos y texturas». Y que eso, «por simple que les parezca», añade, le parecía «fascinante y tenía la enorme virtud de no servir para nada».

Y ahora viene lo bueno: «También que una temporada intenté imaginar cómo sería su mundo y creé futuramas de posibilidades, premoniciones, profecías, ansiedades, miedos, esperanzas, pero supongo que sólo conseguí plantear un mapa de ese territorio que se llamaba 2023 en una salita lateral de mi cerebro». Y pintó tantas obras que, precisa, «necesité hasta dos exposiciones, porque parecía que con cada pincelada el futuro menguaba un poco menos y la lógica del azar se reorganizaba un poco más armónicamente dentro de su caos, pensamiento mágico, supongo, pero que a mí me sirvió para seguir el consejo de la Sonora Matancera y darle un poquitico de cariño a mi alma desolada."

Su experiencia mientras pintaba 'Futurama'
«Parecía que con cada pincelada el futuro menguaba un poco menos y la lógica del azar se reorganizaba un poco más armónicamente dentro de su caos, pensamiento mágico, supongo, pero que a mí me sirvió para seguir el consejo de la Sonora Matancera y darle un poquitico de cariño a mi alma desolada»»

Dos exposiciones y un mismo espíritu: la institucional de Verónicas, que alberga 70 obras y que permanecerá abierta hasta el 7 de enero de 2024, y la que acogerá la galería murciana La Aurora, que dirige José Fermín Serrano y cuya inauguración, bajo el título de 'Futurama Lama Ding Dong', será también este viernes, pero a las 22.00 horas. Entre ambas muestra «una colección de postales de posibles futuros, de profecías inciertas, presentimientos, a veces contradictorios entre sí, una trenza hecha con distopías, utopías, ironía, melancolía y, sobre todo, extrañeza». ¿La técnica utilizada? Casi todas las obras están pintadas al óleo.

–¿Qué cuenta sobre usted su exposición en Verónicas?

–Aunque todas las exposiciones hablen de uno, creo que aquí se cuenta mi parte más social, lo que comparto con los miembros de mi especie, con algunos al menos: miedos, ansiedades, esperanzas, dudas, presentimientos, los corrillos del café, o las conversaciones en la playa. Creo que hay un runrún que corre y que tiene también un componente generacional, el miedo a que el futuro se encoja y el cielo caiga sobre nuestras cabezas. Siento nostalgia por ese futuro que nunca llegó, esa fantasía de coches voladores y viajes entre las colonias espaciales, optimista y juguetón, de una tecnología que no tenía defectos sino virtudes, y miedo de ese otro que nos amenaza del que el secretario general de la ONU dice eso de que 'la humanidad ha abierto las puertas del infierno' y no pasa nada, seguimos a lo nuestro, cambiamos de 'app' y nos pedimos otro quinto, aún no he decidido si estúpida o sabiamente.

Perpejlidad

–¿Por dónde lleva de 'viaje' al espectador?


–Por los territorios de la duda, la pregunta constante, la perplejidad, la curiosidad. Por los paisajes que he recorrido, por las imágenes que he visto. Hay una especie de 'tour' por la aldea global, un paseíllo planetario y más allá, desde las costas de mi ciudad a los paisajes de Marte, desde las literaturas, buenas y malas, a las imaginaciones de los cineastas, dibujantes de tebeos, guionistas, publicistas.

Lo que las pinturas cuentan
«Creo que aquí se cuenta mi parte más social, lo que comparto con algunos miembros de mi especie: miedos, esperanzas, dudas, presentimientos, los corrillos del café, o las conversaciones en la playa»

–¿Cuál fue su primer impulso a la hora de empezar a elaborar este proyecto?

–Pensé que estos retos se merecen una inmersión a pleno pulmón a las profundidades que te estén merodeando en esos momentos. Llevo un tiempo pensando mucho en el futuro, cosa un poco absurda porque cuando uno se hace mayor menos futuro le queda y menos debería importarle lo que pase en el convento, pero así son las cosas, uno no elige sus obsesiones. Así que me puse a estudiar cómo habían pintado lo venidero los artistas de todas las épocas –las profecías, los oráculos, las artes de adivinación, el apocalipsis, el más allá y todo eso– y lo aproveché como material para una conferencia que tenía en el Prado.

Una vez que tienes un tema parece que todo empieza a rodar. Luego no siempre es así, pero se abre una puerta de la que ya no quieres salir.

–¿De dónde venía cuando se puso a trabajar en 'Futurama?

–Venía de una etapa más juguetona, muy colorista, en la que las ideas importaban poco, era todo puro juego y disfrute, pero pronto empezaron a aparecer por el estudio otros temas, la necesidad de contarlos, viejas formas de hacer que se mezclaban con lo nuevo, una especie de confusión espacio temporal, un agujero de gusano en el que todos los charris querían pintar a la vez, así que me dejé llevar sin preguntar demasiado, sin pensar en nada ni en nadie que no fuera escuchar las voces de esos cuadros que me pedían que los pintara.

–¿Cómo es usted hoy?

–Ni más listo, ni mejor pintor, ni más seguro, pero tampoco más miedoso, más desesperanzado ni con menos ganas de vivir y pintar.

– ¿Qué tiene de especial el espacio de Verónicas?

–Una configuración muy teatral. Es casi un escenario, un espacio muy marcado pero sorprendentemente flexible, un contenedor estupendo para cualquier reflexión contemporánea. Pero sigo pensando que los importante son las obras, la pintura en este caso, lo demás es solo un marco.

–¿Qué ha previsto para el altar mayor de la sala [una iglesia desacralizada]?

–Que te olvides de él. He desplazado el punto de interés hacia otras zonas y he bajado la visión del espectador a la tierra. Pretendo que observes con los pies en el suelo, muy cerca de las obras, como los verías si fueras a mi estudio, y que la cúpula y las partes más altas hagan de bóveda casi inadvertida, como los techos de los teatro de ópera, que se te olvidan. Aún así la pieza más grande está en la parte baja del altar y puede que ahí sea donde más se note el efecto puerta, frente al tradicional efecto ventana de las pinturas colgadas en la pared.

–¿Qué le ha sorprendido creando esta muestra?

–Que por muchos años que pasen, en el estudio siguen ocurriendo cosas impredecibles, que no te esperas, que te ponen boca abajo, que hacen que te cargues un montón de cuadros a pocos meses de una exposición importante, que acabes pintando como no te esperabas meses atrás, que hay una configuración del tiempo que es de todo menos lineal, que pintar sigue siendo muy intenso pero gozoso y que equivocarse, más que un problema, es una necesidad.

Revelación

–¿Qué fuentes de inspiración siguen fuertes en su caso y qué otras ha descubierto usted recientemente?

–La clave de toda esta exposición era encontrar el tono. Creo que a mí me se me reveló leyendo 'Crónicas marcianas' de Ray Bradbury, uno de esos clásicos de la ciencia ficción que no había leído antes. Ese acercamiento poético a la realidad de su mundo y su tiempo a través de los escenarios de Marte, creo que se acercaba mucho a lo que yo quería conseguir. Más que otras cosas en las que también me fijé, como Octavia Butler, Ursula K. Le Guin, Kim Stanley Robinson. Y también 'El clamor de los bosques' de Powers. Y series, claro, más 'Separación' que 'Black Mirror', más 'Years and Years' que 'Raised by Wolves'.

–¿Y del espectador que contemple sus obras qué espera?

–Que se divierta, que las haga suyas, que se dé cuenta que su exposición es muy diferente de la que ve el espectador de al lado. No espero que descifre enigmas o resuelva acertijos, ni que piense que es más listo o más interesante por verla, pero que pruebe a darle una oportunidad al color, a los grafismos, a las extrañas combinaciones de conceptos, que se pasee por esta visión alucinada de un pintor de esta época.

Fuente: La Verdad