Entrevista en La Razón
29.10.2014
Parece como si el artista se hubiera mimetizado con Charles Dickens, tan admirado por él. Será la barba, serán los años. La primera vez que vimos a Charris (hace de esto casi veinte años) fue en un bar, con un magnetofón inusualmente grande. Estaba junto a Gonzalo Sicre. Ya apuntaban maneras. Y les seguimos siempre. Fueron la cabeza más visible de los «neometafísicos». De eso ha pasado mucho tiempo ya, pero no suficiente. La galería My Name’s Lolita Art expone ahora sus pinturas para «Grandes esperanzas», de escritor barbado. ¿Cuáles son las de Ángel Mateo Charris? «La principal es poder dar todo de mí, estirar al máximo mis posibilidades. Me gustaría que la vida me siguiera dando oportunidades y una cierta claridad de mente para afrontarlas, sin caer en rutinas ni autocomplacencias».