Charris
Español

Carta desde Bruselas sobre Charris y su África

2018

Bonet, Juan Manuel

Paternalisme, 2018. Oil on paper. 50 x 65 cm.

Paternalisme, 2018. Oil on paper. 50 x 65 cm.

Paternalisme, 2018. Oil on paper. 50 x 65 cm.

Empiezo estas líneas en Bruselas y las termino en casa, en Madrid. Dos días muy ajetreados en Bruselas, donde hablé sobre el presente y el futuro de la lengua española en Europa, América y el resto del mundo (incluida África: una misión del Instituto Cervantes, que dirijo, acaba de regresar de Costa de Marfil, donde tenemos proyectos en curso, como los tenemos en Senegal), y donde di, en el Cervantes, una segunda conferencia, esta sobre Tintín y España. Charris, que ahora expondrá en Abidjan, en el Musée des Civilisations de Côte d'Ivoire, siempre ha estado fascinado por el mundo del famoso dibujante belga Hergé, el “padre” de Tintín e inventor de la línea clara en el tebeo. Recientemente, mi hermano músico me trajo de Abidjan una estatuilla policromada que representa a un Tintín tan delgado, que le encontré un aire a Giacometti. Charris ha rendido homenaje en repetidas ocasiones al personaje inmortal de Hergé, a quien encuentro en uno de los cuadros que mostrará a los espectadores en Costa de Marfil. Cuadro que representa una casa con forma de cabeza de Tintín. Pintura en la que se mezcla la admiración del pintor por el mundo del ilustrador belga, y una visión evidentemente crítica de algunos de sus puntos de vista sobre África, visión crítica que resume muy bien el título del cuadro: Paternalismo.

Charris es uno de los pintores más destacados del panorama español. Nacido en 1962 en Cartagena, donde vive, estudió en la Facultad de Bellas Artes de Valencia, capital de una de las regiones más prósperas de España. Muy influenciado por el pop art y por la metafísica italiana, se interesó mucho por la tradición figurativa de la que se sintió especialmente atraído por el belga Léon Spilliaert y el estadounidense Edward Hopper. En ambos casos viajó con su colega y amigo Gonzalo Sicre a los territorios frecuentados por sus antecesores; Luego expusieron los resultados de estos viajes. Respecto a Hopper, cabe señalar que Gail Levin, la principal académica en la obra del estadounidense, escribió varios textos sobre el español, y fue la

comisaria de su retrospectiva de 1999 en el IVAM, museo valenciano del que entonces yo era director. La literatura ha sido también muy importante para el pintor, y lo hemos visto producir ediciones ilustradas muy hermosas de Charles Dickens y Joseph Conrad, y escribir muchos textos tanto sobre su propia obra como sobre la de los pintores que admira.

Acabo de aludir a dos viajes de Charris, los que, junto a Sicre, lo llevaron a Estados Unidos y Bélgica. Pero en los últimos años la vocación itinerante de este pintor, cuyo aspecto hoy tiene algo de conradiano o gauguiniano o robinsoniano, ha ido "in crescendo". Cartagena es uno de los puertos más históricos de España, la antigua Cartago Nova, tan cerca geográfica y espiritualmente de África, y el pintor es hijo de un guardamuelles. Los puertos, como muy acertadamente dijo Baudelaire en uno de sus poemas más justamente famosos (La invitación a viajar) de Fleurs du mal, son lugares donde se sueña con grandes salidas, con travesías de larga distancia. Por supuesto, ahora estos sueños se han vuelto más prosaicos, y el paisaje donde aparecen a menudo es ... el aeropuerto, y en este sentido recuerdo una pintura importante de Charris, September Song (2002), que pertenece a la colección del Museo Reina Sofía ...

El pintor-viajero ha atravesado notablemente el Círculo Polar, en busca de una blancura completamente hergéiana. Asimismo, se quedó en las islas del Pacífico (ver su magnífico cuadro de 2015 Universal, subtitulado 1939), y particularmente en la ex Polinesia Francesa, lo que le llevó recientemente a reflexionar sobre figuras como Gauguin o Stevenson (también sobre Somerset Maugham), e inventar un alter ego pintor de tikis al que llamó Lotus Eater, es decir, el comedor de loto. Pero antes, y cabe destacarlo en este texto del catálogo de su primera exposición en el continente africano, viajó por Mali (en 2000), Cabo Verde y Egipto (2005), Kenia y Mauricio (2006). De estos viajes trajo un montón de fotos, bocetos, máscaras, piezas textiles ...

Su estancia en Mali sirvió de inspiración a Charris para pintar su exposición Tubabus en Tongorongo, que tuvo lugar en 2001, en el marco del dinámico festival La mar de músicas de Cartagena, muy abierta al continente africano, y que se había hecho cargo de su viaje. En esta exposición se vieron pinturas muy importantes, como Exploradores, un homenaje a la memoria de René Caillié. pionero de los viajes en Tombuctú; como El tesoro de Tombuctú; como Ahab en Níger, una alusión al capitán de Moby Dick, la inmortal novela de Herman Melville; como Global, que, como el cuadro anterior, cuenta la fascinación del pintor frente a la sublime belleza del río Níger; como Anthologie nègre, en homenaje, por supuesto, a Blaise Cendrars; o como Cuentos negros para hombres blancos, donde con un título también muy cendrarsiano (en el texto del catálogo, en concreto, cita de este Petits Contes nègres pour les enfants des blancs), aborda una cuestión que muchas veces surge bajo su pincel: la rtelación del arte de vanguardia con el arte africano primitivo.

El segundo gran momento africano de Charris es su obra ilustrada, en veintisiete imágenes (algunas muy bonitas: ver por ejemplo la doble página del mono viendo pasar el vapor en el río), para El corazón de las tinieblas, el libro congoleño de Conrad, encargado por Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, que como siempre se encargó de la edición, y que expuso el resultado en su centro cultural de Barcelona, ​​en 2008, año de la publicación del volumen. El bellísimo autorretrato del pintor, de 2007, pieza central de esta exposición, lleva el título de la novela, título que ya le dio a una pintura marina de 1993; El subtítulo del autorretrato es melancólico: Retrato del artista a mitad de carrera. Del mismo año es Mamma Africa. Pero en el caso del Congo, Charris no llegó a ir; practicando el arte del viajero inmóvil.

La exposición de Abidjan, Suite africaine, está dedicada a una serie de papeles de 50 x 65 de los que las lecturas africanas y las peregrinaciones de Charris a las que acabo de aludir constituyen el punto de partida. En estos papeles, pintados en 2017 (año en el que entre los lienzos destacaré la importancia de la Bandera Roja en el Sahel) y 2018, el pintor combina las “cosas vistas” (de nuevo el Níger, un río que, como he sólo subrayado) le fascina, como antes fascinó a Miquel Barceló), y referencias culturales a una especie de museo imaginario a lo Malraux. A veces son fáciles de "leer": por ejemplo, la imagen de la casa tintinesca que ya he mencionado, o la versión africana (Mami Wata) de la famosa Sirenita de Estocolmo; o Mujeres, un diálogo entre una escultura maliense que perteneció a Picasso, y una obra suya, que nos remonta a la época del nacimiento de la modernidad. Otras veces las referencias son más punzantes, como por el retrato de Raymond Roussel, autor de un libro de culto como Impressions d'Afrique, o por esta otra imagen de André Breton y parte del grupo surrealista que fundó en 1924, con máscaras. que de hecho proceden de ... la colección Charris, imagen que lleva un título también claramente crítico: Les imposteurs. (Inicialmente, el título era aún menos agradable: Looters). No faltan saltos claramente arbitrarios (por ejemplo: ¿qué está haciendo aquí la silla neoplástica del holandés Gerrit Rietveld?), Pero esta arbitrariedad es un componente esencial de la poética del artista cartagenero, que compone escenas a menudo heterogéneas, un poco como André Kertesz, durante sus últimos años, compuso caprichosamente sus Polaroids, y pienso en ellas porque, curiosamente, Charris también integra en una de estas pinturas, la representación de un objeto de vidrio, el curioso elefantito que aparece en Fragilidad.

El viajero –título muy apropiado para toda la obra de su autor– es un homenaje tanto a –de nuevo– Picasso, de quien se representa, a escala monumental, una de sus guitarras cubistas en tres dimensiones, y al gran fotógrafo maliense Malick Sidibé, fallecido en 2016. Durante su viaje en 2000, Charris lo había visitado en su estudio en Bamako. Lo iba a ver de nuevo en Cartagena como parte del citado festival cultural, donde el maliense presentó con gran éxito su obra. Años más tarde, con motivo de la exposición La maleta del pintor Malick escribió un texto que manifiesta su entusiasmo por el mensaje de vida, verdad, pureza que transmite la obra del fotógrafo; Charris lo contempla como una de las figuras destacadas de un nuevo arte africano basado en este mensaje. Cita un bello texto de Sidibé: "para mí la fotografía es ante todo juventud, es un mundo feliz, no es un niño llorando en un rincón o un enfermo".

Sapeur contiene otro homenaje a un gran diseñador africano: a Francis Kéré, un maravilloso arquitecto de Burkina Faso afincado en Berlín, y más precisamente a su famoso (y magnífico) pabellón temporal en la Serpentine Gallery, en Londres, construido en el último año.

Blanchiment es el título, también imbuido de crítica al colonialismo, de un cuadro que me llama especialmente la atención, en el que vemos a un colono, sacado de una fotografía del semanario estadounidense Life, pintando de blanco el contorno de su propiedad ... incluida la parte de abajo de un fetiche, que por otra parte ... pertenece a la colección del Museo donde se verá por primera vez esta serie de pinturas.

Espero haber demostrado a través de las pocas notas precedentes, que Charris, que ya en 1999 pintó un Buscador de enigmas en un lago, sumido en la contemplación de una gigantesca máscara, es un apasionado y amigo de África, y que en este sentido La iniciativa de Luis Prados, embajador de España en Costa de Marfil, de mostrar la obra del pintor en Abidján, y en un museo tan prestigioso, es muy buena, porque ningún otro artista español hoy en día tiene una experiencia africana tan completa. Estoy seguro de que la visita que Charris realizará en esta ocasión será el punto de partida de nuevas obras para él y contribuirá al diálogo cultural entre Costa de Marfil y España.